Solía escribir mucho de pequeña, básicamente era lo que más disfrutaba después de bailar, pero no me permitía la desprolijidad, antes hacia un borrador y luego lo pasaba en limpio, prolijo. Casi toda mi vida estuve buscando la “perfección” o al menos algo que me de satisfaccion, nunca termino de convencerme de que algo está hermoso, siempre creo que podía hacerlo mejor, más lindo, más prolijo; y así como en todo, siempre intento “no cometer errores” pero le encuentro errores a todo, o a casi todo, lo que hago. Supongo que soy dura conmigo.
También, me di cuenta que fui ansiosa toda mi vida, cuando estoy sentada siempre muevo mis pies, casi nunca puedo estar quieta, siempre creí que era muy paciente, pero mi mente siempre va un paso adelante de todo, pero nunca antes había pensado en ello hasta hoy, sin embargo, casi siempre me detengo en analizar todo y no disfruto el momento. Por ejemplo, cuando miro una película casi siempre me adelanto a lo que va a suceder, no necesito spoilers porque me los genero yo sola.
Otra vez la mente va primero a todo lo demás, pero no solo mi mente, mi cuerpo también quiere ir un paso adelante y por ello me dicen “culo inquieto”.
Desde que tengo uso de razón o memoria, recuerdo no poder estar quieta e incluso en la quietud mi cuerpo o alguna parte se balancea y si logro quedarme quieta es la mente la que se mueve.
Siempre estoy planificando el mes, la semana, la próxima hora… Supongo está bien ser organizada más cuando se tienen responsabilidades. Pero otra vez, la mayoría de las veces, llevo todo al “nivel Pam” donde todo lo que realizo roza lo estructurado.
Este último tiempo, donde tuve que dejar atrás un montón de cosas, muchos momentos intenté no pensar y cuando sí lo hacía, cuando me dejaba llevar, sólo logré torturarme a mi misma, porque sólo veía lo malo, sólo podía divisar a quienes podía lastimar con mis decisiones, entonces, una vez más mi mente gana y cuando pienso no dejo que sean cosas lindas, o al menos en su mayoría son cosas que, finalmente, no me suman nada.
Hoy decidí escribir lo que pienso, lo que siento, sin importar lo tachones, los colores, la redacción, la estructura. Hoy decido sacar de mi mente todo aquello que va por delante de “Pamela”, para ver si logro emparejar el paso MENTE-CUERPO.
Hoy acepto que la ansiedad siempre fue parte de mi vida, y aunque ahora me está dando una dura lección, sé que es para fortalecerme, que es un proceso, le doy la bienvenida y espero que pronto nos podamos amigar.